domingo, 4 de diciembre de 2011

El Indio anoche en Tandil


Por tercera vez en lo que va del año, una peregrinación que por frecuente no deja de sorprender movilizó a decenas de miles de personas a través de las rutas argentinas. Desde los cuatro puntos cardinales. En autos, combis y bondis. El rocanrol del país que tiene a Carlos Indio Solari como figura convocante volvió a copar ayer el paisaje serrano de Tandil, al igual que en noviembre de 2010. Mientras que en aquella oportunidad se habían cortado más de 100 mil entradas, anoche fueron unos 80 mil los seguidores que corearon algunos de esos himnos que, tras 30 años de carrera, vienen emocionando a varias generaciones de fans.
El punto culminante de esa ceremonia a la que sus fieles llaman “misa india” tuvo lugar en el Hipódromo de la ciudad. Pero sus preparativos se remontaban a las horas previas, cuando el sol todavía picaba y el humo de los puestos de choripanes y los asados improvisados a la vera de la Colectora Macaya sobrevolaban el improvisado campamento ricotero, bien regado con cerveza y fernet.

La capacidad hotelera tandilense, estimada oficialmente en unas 6 mil plazas, quedó cubierta apenas una semana más tarde del anuncio del recital. Fue hace unos tres meses, después de la presentación del Indio en Junín. Los nueve campings de la ciudad también desbordaban de carpas durante el fin de semana. No bastó con la habilitación informal de otros 3 mil lugares para pasar la noche. Por eso, lo mismo que en 2010, las localidades vecinas de Azul, Rauch y Ayacucho, entre otras, se sumaron para satisfacer la demanda.
La expectativa por el show de anoche se vio alimentada, en parte, por el hecho de que podría tratarse del último show de Solari por un largo tiempo. Según contó en el ciclo radial Cuál es? (Rock & Pop), durante 2012 se dedicará a la producción y grabación de su cuarto disco. Para el cierre del ciclo en vivo de su último álbum, El perfume de la tempestad , entonces, Solari se instaló con una parte de su equipo en el hotel-spa Amaike, con una vista privilegiada de la sierra y del complejo de golf Valle Escondido.
Fue su quinta excursión tandilense (tres como solista y dos con Patricio Rey) y tal vez por eso, en los días previos, la municipalidad local lo distinguió con el título de “visitante ilustre”. Más cerca del mito que de los reconocimientos oficiales, el cantante volvió a ponerse al frente de un ritual único. Ese que alcanzó proporciones fabulosas cuando Ji ji ji llegó para provocar un pequeño sismo, con el pogo más multitudinario de estas latitudes

Fuente: Mundo Redondo, Clarin.com

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