Lejos del bronce y de las máximas que se esperan de una celebridad de la canción social, el trovador cubano Silvio Rodríguez que el próximo jueves iniciará en el Orfeo cordobés una serie de tres recitales en la Argentina que continuará el sábado en el Hipódromo de Rosario y se rematará el viernes 18 en el estadio porteño de Ferro, aseguró que “yo quise dedicarme a la música, pero antes fui persona”.
“Primero fui persona, nací en un lugar y me comprometí o no con lo que pasaba, tomé partido, tuve elecciones y un buen día me dio por tocar la guitarra y me di cuenta de que quería cantar cosas que no estaban inventadas y quise inventarlas yo. Pero ya era persona”, describió Rodríguez en una charla con Télam y otros medios de prensa.
A poco menos de un mes de cumplir 65 años, el creador nacido en San Antonio de los Baños ha urdido un cancionero encantador que no es posible resumir pero en el que se cuentan gemas como “La era está pariendo un corazón”, “Playa Girón”, “Te doy una canción”, “Ojalá”, “Historia de la silla”, “El necio”, “Lo de más”, “Mi casa ha sido tomada por las flores” y “Sea señora”, por citar apenas algunos títulos.
Tras una mesa colocada en el salón Río de la Plata del segundo piso del Sheraton Hotel del barrio porteño de Retiro, el artista que ha dotado de máxima belleza a la canción política iberoamericana, rechazó entregar fórmulas acabadas para configurar posturas y asimilarlas a tal o cual coyuntura.
“El rol del artista es el que asume cada uno, inevitablemente y no me corresponde decir `hay que ser así`”, respondió cuando le preguntaron acerca de “la misión” que le cabe a aquellos que cultivan las artes.
Sereno, de buen humor y reflexivo, añadió que “hay artistas muy buenos que se comprometen y artistas comprometidos que no son tan buenos”.
Con la misma aguda sencillez y aún sabiendo que su obra ha sido y es una suerte de banda sonora de sueños libertarios, aseguró que “no me corresponde dar una receta de revolucionario, no tengo idea qué es ser revolucionario y propongo que cada uno lo asuma a su manera”.
“A mí -confesó- me hubiera gustado ser un músico revolucionario y no sé si lo fui porque tengo una mezcla de ideas audaces con cosas conservadoras y ambas se complementan”.
Aunque se cumplen más de cinco años de su última visita a Buenos Aires que se concretó tras siete años de ausencia y que volverá al interior tras 11 años sin cantar allí, Silvio descartó que los tres conciertos de estos días puedan ser los últimos que les regalará a los argentinos.
“Nadie podrá afirmar que yo dije que éstas serán mis últimas presentaciones pero espero que no. Una de las últimas quizá sí porque Mick Jagger hay uno solo”, bromeó acerca de estos shows que además le permitirán actuar el miércoles 16 en el estadio Charrúa de Montevideo y en los que sumará la presencia del cantautor cubano Amaury Pérez.
En relación al repertorio que abordará junto al trío de cuerdas Trovarroco, la vientista Niurka González Núñez y el percusionista Oliver Valdés Rey, contó que “pretendemos hacer un recorrido no exhaustivo ni mucho menos, pero hay que pasar por algunas canciones que la gente pide y algunas de mi último disco `Segunda cita`”.
El guitarrista también adelantó que en Ferro tendrá la visita de Víctor Heredia y que “excepcionalmente voy a hacer algunas canciones de un disco que estamos proyectando y que solamente tocamos hace poco en un concierto que hicimos en Santiago de Cuba, en el oriente cubano”.
Al comentar sobre algunos de esos temas que, dijo, “van a conformar mi próximo disco y aunque no son de las cosas más recientes que he compuesto, sí son inéditas”, aseguró que “son cosas muy diferentes en cuanto a ritmos y lenguajes musicales”.
“Uno es una fábula sobre un cosmonauta que cae en una aldea de gente que se está muriendo de hambre y otro se llama `Virgen de occidente` y podría decir que es una alucinación”, abundó.
Fuente: Télam
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