Fito Páez deslumbró a los fanáticos que colmaron el teatro Gran Rex en la primera presentación de su nuevo show “Fito al piano”, en la cual desfilaron varios amigos, pero que tuvo como principal atracción la presencia de Charly García.
El cantautor rosarino que además convocó a Onda Vaga, Lisandro Aristimuño, Fabi Cantilo, el Chaqueño Palavecino y Leo Sujatovich, se presentará nuevamente esta noche, desde las 21, en la misma sala de la avenida Corrientes 845.
Fito, al igual que en su exitosa gira por España, Londres, París y otras ciudades de nuestro país, tocó sus históricos hits, las canciones de su último disco "Confiá", que ya presentó en abril de este año en GEBA, además de algunos temas de su próximo material.
A lo largo de sus presentaciones de sólo piano en el exterior y en las diferentes ciudades argentinas, Páez aprovechó a hacer desfilar por el escenario a diferentes músicos invitados y las veladas porteñas no fueron la excepción.
Y Fito no se anduvo con vueltas y desde el primer golpe de tecla de su afinado piano sacudió a las más de 3.000 personas que colmaron el Gran Rex, en la que era su primera presentación oficial después de la polémica carta en la que, indignado por el triunfo electoral del macrismo, escribió aquello de que le daba “asco” la mitad de los porteños que permitieron la continuidad de Macri en la Ejecutivo comunal.
El artista abrió el juego con “Desarma y sangra”, acompañado por una voz familiar pero que la gente no terminaba de identificar hasta que un reflector develó el misterio y dejó al descubierto a Charly García, quien por momentos le arrebató el protagonismo en el piano al dueño de casa e introdujo a la gente: “Con ustedes, Fito Páez".
La presentación dio paso al popurrí de “Dale alegría a mi corazón”, “She`s mine”, “Tema de Piluso” y “El amor después del amor” ante la ovación incansable del público, que no despertaba del asombro de poder tener a dos grandes del rock argentino compartiendo el escenario.
Mientras salía del escena, Charly le cedió su lugar a Fabiana Cantilo, una de las “chicas Páez”, que le puso su voz a “Cable a tierra” y acompañó al anfitrión con un estreno que, dijo, escribió “cuando las tropas gringas invadieron Panamá”.
Fito tuvo su primer momento a solas con la gente y allí, en una versión más íntima y relajada, también brilló de la mano de “11 y 6”, “Dos días en la vida”, “Ambar violeta”, en una magistral versión jazzera junto a Lisandro Aristimuño, e “Instantáneas”.
“A mí me gusta la gente viva, no me gustan los muertos, me gusta la gente que esta acá, por eso, como Charly está acá, vamos a cantarle a él algunas canciones y si quiere venir que venga”, lanzó desafiante Páez, arengando a la gente que empezó a aclamar al creador del bigote bicolor.
“Confesiones de invierno” fue el anzuelo perfecto para que Charly regresara al escenario ante el griterío ensordecedor del público que siguió gozando de este encuentro de gigantes.
Luego, en medio de aplausos interminables y coros disfónicos a los que Charly respondió, filoso e irónico, diciendo “son un asco”, siguieron “Estaciones”, “Tuve tu amor”, “Promesas sobre el bidet”, “No soy un extraño”, “Canción del 2x3” y “El fantasma de Canterville”, para cerrar con “Los dinosaurios”.
La gente estaba en éxtasis, tenía claro que había empezado por la frutilla del postre y que lo que faltaba del show era un premio extra que se completó con “El breve espacio en que no estas”, de Pablo Milanés, junto a Leo Sujatovich, con quien está grabando el disco “Canciones para aliens” en la que juntos versionarán temas de Ryuichi Sakamoto, Joan Manuel Serrat, Queen y Prince, entre otros.
“Tumbas de la gloria”, “Un vestido y un amor”, “Balderrama” (junto al Chaqueño Palavecino) “Al lado del camino”, “Ciudad de pobres corazones”, una asombrosa versión a capella de “Yo vengo a ofrecer mi corazón” fueron los eslabones que empezaron a marcar el camino hacia el final de una noche mágica.
Demostrando su amplitud genérica, Páez incluyó en su noche de amigos “Mambeando”, “Sisi, Sasha y el circulo de Baba” y “Dar es dar”, junto al grupo argentino-uruguayo Onda Vaga, para cerrar bien arriba con “Mariposa technicolor”.
Pero después de una noche de sorpresas y muchas emociones, la gente quería más, por esa razón, se subió a las butacas y comenzó a entonar como un himno “Dale alegría a mi corazón”, lo que obligó a Fito a regresar a escena para cantar “A rodar mi vida” y así sí ponerle broche a una velada soñada.
Fuente: Télam por Carlos Nis
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