En los barrios marginales de Kingston las cosas están claras: todo el mundo odia a la Policía, desprecia a los políticos y las bandas criminales se matan entre ellas. Y para muchos, el único que podría devolver la paz es el rey del reggae, Bob Marley.
Después de una semana de violencia causada por el asalto al bastión de un jefe narcotraficante requerido por Estados Unidos y que dejó más de 70 muertos, muchos se acuerdan con nostalgia el pacifismo del cantante.
"Jamaica necesita un nuevo Bob Marley, un líder carismático", asegura Prince Alla, 60 años y músico, a la agencia AFP. Alla considera que los políticos son responsables del mal momento que atraviesa el país, "nos llenan de alcohol en el momento de las elecciones y luego nos abandonan".
"Hoy en día muchos músicos hablan del problema sin abordar la solución y se convierten ellos mismos en el problema", dijo Alla refiriéndose a una nueva generación de cantantes que glorifican la violencia.
Marley fue víctima de la violencia entre bandos políticos en su país y en 1976 resultó herido de bala junto a su mujer en un ataque cometido por pistoleros cuando organizaba un concierto gratuito en Kingston para promover la reconciliación nacional y la paz.
Todavía hoy los jaimaicanos más pobres tienen presente la letra de una de sus canciones 'Get up, stand up', que los incitaba a luchar para obtener sus derechos.
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