La UNESCO ha publicado "Música electrónica en cuerpo y alma", el resultado de una investigación científica que aborda un tema que tiene mucho que ver con La Rocka; ya que, si bien es un trabajo que aborda la temática de la música electrónica, lo hace desde un enfoque sobre los espacios culturales y la tecnología, es decir, es un análisis sobre la música y la identidad, sobre una forma de expresar la cultura que tienen hoy los jóvenes de extracciones étnicas, orientaciones sexuales y edades diversas “que bailan alegremente en la pista repleta disfrutando con los ingeniosos trucos acústicos del disc-jockey”.
Los participantes de esta especie de ritual, caracterizado por un “sentimiento de comunión” que “se acentúa a medida que la música ensordecedora, combinada con efectos visuales” los atrapa, sostienen que en la pista de baile “cada cual es libre de pasarlo bien”.
Sin embargo, este concepto de “libertad” tambalea cuando analizamos qué hay detrás de estos clubes donde tras los ritmos estrepitosos, disc-jockeys y bailarines tratan de eludir la ley y la voracidad de las transnacionales.
En Body and Soul, un club ubicado en el corazón de Nueva York, disc-jockeys como Joe Claussel siguen firmemente decididos a mantenerse alejados de los gigantes mundiales del ocio, a mezclar y combinar todo tipo de estilos musicales y de públicos, y a considerar la “cultura dance” algo más que una buena fuente de ingresos. Sin embargo, en los últimos diez años la cultura dance “o clubbing”, basada en la música electrónica, se ha convertido en un mercado internacional multimillonario y para muchos de sus adeptos, la cultura dance constituye una escapatoria frente a la reglamentación de la vida moderna, un retorno a una “utopía preindustrial”.
La música electrónica ha engendrado el “tecno”, el “house”, el “garage”. Y además una suerte de variantes con aproximaciones al gospel que atrapó a algunos seguidores del rock e incluso del punk.
En Ibiza surgió el “acid house” pero no como producto que surgía exclusivamente de mezclas musicales sino que la combinación que motivaba estas fiestas era mucho más poderosa: es aquí donde aparece la MDMA (alias éxtasis o E). Esta droga que provocaba una sensación de empatía era el acompañamiento perfecto del sonido vibrante pronto llegó al Reino Unido, donde los disc-jockeys trataron de revivir en la lluviosa Inglaterra la atmósfera de Ibiza. Crearon sus propios clubes en cobertizos abandonados y bajo los puentes de ferrocarril y celebraron fiestas acid house no autorizadas donde multitudes de veintiañeros podían alcanzar el éxtasis y divertirse en grande. Estas manifestaciones fueron el prototipo de los futuros “raves”.
Las fiestas atronaron durante casi un año antes de que los padres y la policía se alarmaran ante sus dimensiones “amorales” e ilícitas y las fiestas acid se volvieron clandestinas. Pero en el verano de 1989 volvieron a aparecer fuera de las áreas metropolitanas, en centros de recreo, casas de campo e incluso en el campo mismo. Las macrofiestas se multiplicaron y se estima que una de ellas, Sunrise, atrajo a 10.000 participantes.
Cinco años después del nacimiento del rave, el gobierno británico aprobó diversas leyes para reprimir las manifestaciones de ese tipo. Pero la represión tuvo efectos contraproducentes: al hacer que los eventos se volvieran cada vez más clandestinos, se estimuló su politización y la filosofía DiY (Do it yourself que significa hazlo tú mismo) y los ravers DiY no sólo organizaron fiestas para bailar, sino también protestas musicales en torno a problemas ambientales y de justicia social.
Al mismo tiempo, la legislación hizo que las muchedumbres volvieran a los clubes autorizados. A fines de los años noventa aparecieron megadiscotecas dotadas de un estricto control y una estrategia comercial, constituyendo negocios rentables donde los mejores disc-jockeys del momento actúan en un ambiente estrictamente reglamentado.
Pese a este auge comercial, el sueño democratizador de una cultura dance sigue vivo. Hasta ahora el modelo rock predominaba en la industria del ocio. Este se basa en la existencia de grupos que firman contratos de larga duración con empresas de producción y distribución, lo que les permite grabar un álbum en un estudio comercial caro. La empresa se ocupa luego de la promoción del disco organizando conciertos en grandes salas.
La música dance transformó radicalmente este modelo. En vez de firmar un contrato con un grupo y de promoverlo, las empresas de grabación y los clubes asumen la tarea mucho menos onerosa de contratar y representar a un solo DJ que trabaja con un equipo digital que se consigue a precios cada vez más competitivos. Con percusiones y sintetizadores, los magos de la tecnología imitan los instrumentos tradicionales. Gracias al sampling pueden grabar y manipular cualquier sonido, sumiendo a la legislación sobre la propiedad artística y los derechos de autor en una confusión de la que aún no ha podido recuperarse.
Individuos creativos sin formación musical y con conocimientos elementales de electrónica pueden producir ahora música dance en sus computadoras personales con programas como Cubase. Con material digital es posible componer un “corte” (ya no se llama canción), producido y mezclado íntegramente por el DJ/productor.
Muchos artistas quisieran mantenerse independientes y crear sus propios sellos. Sin embargo, si la grabación se convierte en un éxito, el artista necesitará una inversión importante para satisfacer la demanda. Por consiguiente, se verá obligado a tratar con grupos de distribución, independientes o grandes firmas, o a vender su composición directamente a una casa discográfica. De ese modo, incluso los DJ-productores independientes son recuperados por el mercado mundial del disco.
En definitiva, el trabajo publicado por la UNESCO nos muestra que aunque la tecnología digital ha abierto nuevas posibilidades a la producción independiente, no todos tienen acceso a ella . Se concentra por muy amplio margen en Estados Unidos, Europa occidental y Japón; y, en Occidente, el tecno reproduce el modelo dominante donde la mayor parte de los disc-jockeys son varones. Cuando una mujer disc-jockey logra imponerse, en las revistas musicales se la lanza al mercado como una imagen curiosa más que como productora competente.
La música electrónica, que sigue los meandros de la producción y la distribución internacionales, se está consolidando de São Paulo a Tel Aviv, abarcando un amplio espectro político y cultural. Sin embargo, su difusión no ha contribuido a equilibrar la distribución desigual del poder. Las metrópolis occidentales siguen dominando con las cinco mayores firmas productoras de discos, que controlan la distribución y acatan las distinciones tajantes de sexo y de clase.
Por lo tanto, no podemos evitar preguntarnos: ¿acoge esta fiesta mundial a todos por igual?, ¿son todos realmente “libres de pasarlo bien”?
Esperamos tu opinión en nuestro blog, te esperamos, como siempre…
martes, 29 de septiembre de 2009
domingo, 13 de septiembre de 2009
Popularidad Vs. Género
Seguimos debatiendo sobre lo que hablamos en la edición anterior.
A simple vista se nota que, al menos en la Argentina, se triunfa más fácilmente en lo que a lo musical respecta, si tu género es… (pensás que voy a decir Rock&Roll o Pop??... ¡error!) me refería al género masculino. Al ser un hombre, atractivo, con onda, el público femenino será indispensable para darte tremendo empujón a la popularidad… que compran tus cd's, que votan tus canciones en los ranking, te siguen por la calle. Toda una movida impulsada, más por las hormonas que por las melodías. Ojo que no estoy desmereciendo a los muchachos músicos pero, basándome en hechos como por ejemplo los concursos de canto televisados, si en una nominación hay que decidir quien se queda entre una mujer talentosa contra un hombre talentoso, no ser í a raro encontrar un 80%-20% a favor del muchacho en cuestión, ¿no te parece?
Sabiendo que existen combinación del tipo: popularidad-talento masculino, popularidad-talento femenino, popularidad-sin talento masculino, popularidad-sin talento femenino, sin olvidarnos del combo anonimato-talento , la cantidad de popularidad sin talento masculino parece ser mayor que su opuesto en género.
Pero… pensándolo bien, necesito conocer tu opinión al respecto. Podés tirarme con tomates, enviarme bombones, estar de acuerdo o no…
Tan solo escribí lo que pensas en nuestro blog para seguir formando parte de nosotros. ¡Hasta la próxima!
A simple vista se nota que, al menos en la Argentina, se triunfa más fácilmente en lo que a lo musical respecta, si tu género es… (pensás que voy a decir Rock&Roll o Pop??... ¡error!) me refería al género masculino. Al ser un hombre, atractivo, con onda, el público femenino será indispensable para darte tremendo empujón a la popularidad… que compran tus cd's, que votan tus canciones en los ranking, te siguen por la calle. Toda una movida impulsada, más por las hormonas que por las melodías. Ojo que no estoy desmereciendo a los muchachos músicos pero, basándome en hechos como por ejemplo los concursos de canto televisados, si en una nominación hay que decidir quien se queda entre una mujer talentosa contra un hombre talentoso, no ser í a raro encontrar un 80%-20% a favor del muchacho en cuestión, ¿no te parece?
Sabiendo que existen combinación del tipo: popularidad-talento masculino, popularidad-talento femenino, popularidad-sin talento masculino, popularidad-sin talento femenino, sin olvidarnos del combo anonimato-talento , la cantidad de popularidad sin talento masculino parece ser mayor que su opuesto en género.
Pero… pensándolo bien, necesito conocer tu opinión al respecto. Podés tirarme con tomates, enviarme bombones, estar de acuerdo o no…
Tan solo escribí lo que pensas en nuestro blog para seguir formando parte de nosotros. ¡Hasta la próxima!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)